

Mi historia
Hola, soy Paula, mamá de un niño de 4 años, maestra de Educación Infantil y una firme defensora del acompañamiento respetuoso en los primeros años de vida de los niños y las niñas.
Desde pequeña tengo una gran vocación por todo aquello relacionado con la infancia y desde los últimos años de instituto tuve claro que quería estudiar el Grado en Educación Infantil.
Cuando comencé la carrera estaba muy ilusionada de estudiar por fin aquello que me apasionaba, pero pronto me di cuenta de que aquello que se estudiaba en la teoría no tenía nada que ver con la realidad de las aulas, donde las altas ratios hacían imposible dar la atención individualizada y respetuosa que los niños y las niñas de edades tan tempranas se merecían. Esto me hizo comenzar a buscar alternativas pedagógicas más respetuosas, como las planteadas por María Montessori (pedagogía Montessori), Emmi Pikler (movimiento libre) o Rudolf Steiner (pedagogía Waldorf), entre otros.
Tras terminar la carrera hice un Máster Universitario en Investigación e Innovación en Didácticas Específicas, di clases particulares y cuidé niños y niñas eventualmente. También me formé como Asistente Montessori de 0 a 6 años en el International Montessori Institute.
A raíz de mi maternidad descubrí la figura de Madre de Día y comencé a leer e informarme sobre ello gracias al blog de Arancha Cuellar de «La casita de Pez Austral».
Desde el primer momento tuve claro que la visión de crianza respetuosa que emana de las Madres de Día encajaba a la perfección con mis ideales pedagógicos, por lo que cuando decidí que era momento de volver a trabajar emprendí esta gran aventura, abrir mi propio proyecto, abrir «El nido de Pau». Me pareció una buena manera de seguir estando presente para mi familia y poder ayudar a muchas otras a conciliar, ofreciéndoles una opción real de atención de calidad gracias a los grupos reducidos de no más de cuatro niños o niñas.
En «El nido de Pau» los niños y las niñas tienen la oportunidad de crecer sin prisas, bajo una mirada respetuosa en un ambiente familiar basado en la confianza, el respeto, la empatía y el amor.


Mi historia
Hola, soy Paula, mamá de un niño de 4 años, maestra de Educación Infantil y una firme defensora del acompañamiento respetuoso en los primeros años de vida de los niños y las niñas.
Desde pequeña tengo una gran vocación por todo aquello relacionado con la infancia y desde los últimos años de instituto tuve claro que quería estudiar el Grado en Educación Infantil.
Cuando comencé la carrera estaba muy ilusionada de estudiar por fin aquello que me apasionaba, pero pronto me di cuenta de que aquello que se estudiaba en la teoría no tenía nada que ver con la realidad de las aulas, donde las altas ratios hacían imposible dar la atención individualizada y respetuosa que los niños y las niñas de edades tan tempranas se merecían. Esto me hizo comenzar a buscar alternativas pedagógicas más respetuosas, como las planteadas por María Montessori (pedagogía Montessori), Emmi Pikler (movimiento libre) o Rudolf Steiner (pedagogía Waldorf), entre otros.
Tras terminar la carrera hice un Máster Universitario en Investigación e Innovación en Didácticas Específicas, di clases particulares y cuidé niños y niñas eventualmente. También me formé como Asistente Montessori de 0 a 6 años en el International Montessori Institute.
A raíz de mi maternidad descubrí la figura de Madre de Día y comencé a leer e informarme sobre ello gracias al blog de Arancha Cuellar de «La casita de Pez Austral».
Desde el primer momento tuve claro que la visión de crianza respetuosa que emana de las Madres de Día encajaba a la perfección con mis ideales pedagógicos, por lo que cuando decidí que era momento de volver a trabajar emprendí esta gran aventura, abrir mi propio proyecto, abrir «El nido de Pau». Me pareció una buena manera de seguir estando presente para mi familia y poder ayudar a muchas otras a conciliar, ofreciéndoles una opción real de atención de calidad gracias a los grupos reducidos de no más de cuatro niños o niñas.
En «El nido de Pau» los niños y las niñas tienen la oportunidad de crecer sin prisas, bajo una mirada respetuosa en un ambiente familiar basado en la confianza, el respeto, la empatía y el amor.
